Un nuevo ataque ruso con drones sacudió este sábado a la ciudad de Shostka, en la región de Sumy, al norte de Ucrania. La estación de tren local fue blanco de un bombardeo que dejó al menos 30 víctimas, según los primeros reportes oficiales. Tanto pasajeros como personal ferroviario de Ukrzaliznytsia se encontraban en el lugar al momento del impacto, lo que multiplicó el alcance del ataque.
Escenas de horror en Shostka
Los servicios de emergencia se movilizaron inmediatamente hacia la estación, donde trabajan en la atención de heridos y en la remoción de escombros. Imágenes compartidas en redes sociales muestran vagones destruidos, humo cubriendo las vías y pasajeros intentando escapar de la zona en medio del caos.
El ataque generó una nueva ola de condena internacional, al evidenciar nuevamente que los bombardeos rusos alcanzan de manera directa a la población civil.
Zelensky: “Este terror no puede ser ignorado”
El presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, difundió un video denunciando la agresión y remarcó que Rusia sabía perfectamente que estaba golpeando un objetivo civil.
“Los rusos no podían ignorar que atacaban a civiles. Y este es un terror que el mundo no debe ignorar. Cada día, Rusia cobra vidas. Y solo la fuerza puede detenerlas. Las palabras no bastan. Se necesitan acciones contundentes”, sostuvo.
El mandatario llamó a Europa, Estados Unidos y al resto de los aliados de Ucrania a convertir sus declaraciones en acciones concretas para frenar la ofensiva rusa.
La respuesta internacional
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, también reaccionó al ataque y expresó la solidaridad del bloque con Kiev:
“La UE apoya a Ucrania mientras su pueblo sufre una vez más a manos de la barbarie rusa. Las impactantes escenas de la estación ferroviaria de Shostka muestran la temeraria voluntad de Moscú de atacar civiles. La UE y sus socios globales deben seguir aumentando la presión hasta que Rusia acepte una paz justa y duradera”.
Un ataque más en una guerra que no cede
El bombardeo en Shostka se inscribe en una serie de ofensivas con drones y misiles que Rusia intensificó en los últimos meses contra infraestructuras críticas y objetivos urbanos ucranianos.
Mientras Kiev insiste en la necesidad de más ayuda militar y defensiva para proteger sus ciudades, la comunidad internacional enfrenta el dilema de transformar las condenas diplomáticas en pasos concretos que alteren el rumbo de la guerra.