El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy recuperó este lunes 10 de noviembre su libertad, aunque bajo estricta supervisión judicial, luego de que un tribunal de apelaciones de París aceptara su solicitud de excarcelación mientras se resuelve la apelación de su condena.
Sarkozy, de 70 años, había sido sentenciado a cinco años de prisión, tres de ellos firmes, por su participación en una presunta conspiración criminal destinada a obtener fondos del régimen libio de Muamar al Gadafi para financiar su campaña presidencial de 2007, año en el que resultó electo.
La decisión judicial llega tras la recomendación favorable de la Fiscalía de París, que consideró que su mantenimiento en prisión no era indispensable. Sin embargo, el tribunal impuso condiciones estrictas, entre ellas la prohibición de comunicarse con los otros acusados y testigos del caso.
Tres semanas en prisión y una apelación en curso
El exmandatario fue ingresado en la prisión de La Santé, en París, el pasado 21 de octubre, después de que el tribunal correccional declarara su culpabilidad. La jueza Nathalie Gavarino justificó entonces la medida al señalar la “gravedad excepcional” de los hechos.
Desde su celda, Sarkozy siempre negó haber recibido dinero de Gadafi y denunció que su condena estaba motivada por razones políticas. “Es una decisión dictada por el odio”, había afirmado en una carta difundida por su entorno.
El expresidente fue visto por primera vez en una audiencia judicial el lunes por la mañana, a través de videoconferencia desde la cárcel, donde describió su experiencia como “una pesadilla”.
“La cárcel es dura, muy dura, sin duda para todos los reclusos; incluso diría que es agotadora. Pero el personal penitenciario ha hecho soportable esta pesadilla”, declaró con tono sereno.
“Cumpliré todas las obligaciones que se me impongan”
Durante la audiencia, Sarkozy aseguró que respetará las condiciones impuestas por la Justicia francesa.
“Soy francés. Amo a mi país y lucharé para que prevalezca la verdad. Cumpliré con todas las obligaciones que se me impongan, como siempre lo he hecho”, sostuvo ante los jueces.
Según el artículo 144 del Código de Procedimiento Penal, la prisión preventiva solo puede mantenerse cuando es el “único medio” para evitar riesgos procesales como la manipulación de pruebas, la fuga o la reincidencia.
Su abogado, Christophe Ingrain, argumentó que “es la detención la que constituye una amenaza para Nicolas Sarkozy, no al revés”, destacando que el expresidente había sido recluido en régimen de aislamiento por motivos de seguridad.
En la sala del tribunal se encontraban su esposa, Carla Bruni, y sus hijos, Pierre y Jean Sarkozy. Durante la audiencia, los teléfonos fueron confiscados para impedir la grabación o difusión de imágenes.
Una causa que marca la historia política francesa
El llamado “caso libio” representa uno de los escándalos judiciales más relevantes en la historia reciente de Francia. Es la primera vez que un expresidente francés ingresa en prisión, un hecho que conmocionó a la opinión pública y abrió un intenso debate sobre los límites de la inmunidad política.
La investigación sostiene que la campaña de Sarkozy habría recibido millones de euros del régimen libio, en violación de las leyes francesas sobre financiamiento electoral. El exmandatario insiste en su inocencia y acusa a la Justicia de buscar su “destrucción política”.
Por ahora, Sarkozy permanecerá en libertad bajo control judicial, mientras el tribunal de apelaciones define en los próximos meses si confirma o revoca la sentencia.






