Mientras las fuertes lluvias continúan afectando a amplias zonas del centro de la Provincia de Buenos Aires, las inundaciones derivaron en un nuevo cruce político entre el Gobierno nacional y la gestión bonaerense.
La ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció que el Ejecutivo nacional “se instalará en la zona” para coordinar la asistencia a los damnificados, pero apuntó contra la administración provincial por la falta de obras en la cuenca del Río Salado, a la que responsabilizó por los daños ocasionados.
Sin embargo, la respuesta no tardó en llegar. El ministro de Infraestructura bonaerense, Gabriel Katopodis, replicó que fue la Nación la que paralizó los trabajos del Plan Maestro Integral de la Cuenca del Río Salado, una obra estratégica para mitigar los impactos de las inundaciones en el corazón productivo del país.
El eje del conflicto: el Plan Maestro del Río Salado
Katopodis recordó que este proyecto, iniciado en 1997, constituye una política de Estado compartida entre la Nación y la Provincia. “Cada jurisdicción ejecutó obras de manera ininterrumpida hasta diciembre de 2023. A partir de ese momento, la Nación paralizó los trabajos correspondientes a la etapa 2 del tramo 4, como ocurrió con 2.308 obras públicas en todo el país”, señaló el ministro.
Según precisó, esa paralización impidió avanzar con el financiamiento internacional del tramo 5, a cargo de la Provincia. “El tramo 4 contaba con un alto grado de avance y con la inversión asegurada a través del Fondo Hídrico, que la Nación no ejecutó. Si se hubiera mantenido el ritmo de trabajo, podría haberse finalizado durante 2024”, explicó.
El Plan Maestro del Río Salado abarca una extensión total de 531 kilómetros, de los cuales 402 km ya fueron completados, 33 km permanecen paralizados y 95 km corresponden al tramo 5, cuya ejecución depende del financiamiento externo.
“Lo dijimos y lo sostenemos: la inversión en infraestructura es fundamental para que la Argentina pueda crecer produciendo más y con mejor calidad de vida para los ciudadanos. En situaciones como esta se demuestra el verdadero valor de la obra pública y del trabajo mancomunado entre áreas del Estado”, concluyó Katopodis.
Las inundaciones y el impacto productivo
Las precipitaciones de los últimos días afectaron gravemente a 9 de Julio, Bragado, Bolívar y Carlos Casares, entre otros municipios del centro bonaerense. Los campos anegados y caminos rurales cortados complican la circulación y amenazan con pérdidas económicas significativas para el sector agropecuario, justo cuando el país busca recuperar su nivel de exportaciones tras la sequía de 2023.
Desde el Gobierno nacional, Bullrich sostuvo que el objetivo inmediato es “llevar asistencia a las familias afectadas y garantizar la seguridad”, pero subrayó que “las obras estructurales son responsabilidad de la Provincia”.
En tanto, el Ministerio de Infraestructura bonaerense respondió que las etapas concluidas del Plan Maestro demostraron su eficacia al evitar mayores desbordes en los tramos ya intervenidos.
Un debate que trasciende la coyuntura
Más allá del intercambio político, el episodio vuelve a poner sobre la mesa la fragilidad estructural de la infraestructura hídrica argentina. El Río Salado atraviesa una de las zonas más productivas del país, donde los ciclos de inundación y sequía se alternan con frecuencia creciente debido al cambio climático.
El Plan Maestro —que lleva casi tres décadas de ejecución parcial— es considerado por los especialistas como una de las obras más estratégicas para el desarrollo nacional. Pero su avance depende de la coordinación sostenida entre los distintos niveles de gobierno, algo que los enfrentamientos políticos parecen poner en riesgo una vez más.






