Seré tajante: esto es un llamado al debate desde mi lugar, ya que es un tema que me interpela bastante y más en el último tiempo: ¿Es positivo endiosar a la gente? ¿Atribuirle propiedades de perfección por aferrarnos a uno o varios momentos de felicidad que nos produjeron? ¿Hasta cuando se puede hacer la vista gorda en el ámbito de la comunicación, cuando tocamos temas sensibles? !¡Qué boludo! Al final son muchas variables en un solo tema. La entrevista en el stream Gelatina de Pedro Rosemblat a Gustavo Cordera, ex Bersuit Vergarabat, no solo mandó mecha nuevamente a la polémica sobre las declaraciones del cantante, sino que puso entre la espada y la pared la coherencia feminista de Rosemblat en los medios. ¿Hasta qué punto se puede ‘fingir demencia’ cuando la contradicción es el plato principal?”.
Hagamos rewind: Año 2016, un internet bastante verde pero igual de primitivo que ahora. Una conferencia en la escuela de Periodismo TEA Arte fue testigo partícipe de las siguientes palabras por parte de Cordera: “Es una aberración de la ley que si una pend*ja de 16 años con la con**a caliente quiera co**r con vos, vos no te las puedas co**r”.
“Hay mujeres que necesitan ser v**ladas para tener sexo porque son histéricas y sienten culpa por no poder tener sexo libremente”.
Un estudiante capturó con su celular el momento justo y lo publicó en las redes, generando instantáneamente una oleada de críticas y cancelaciones hacia el músico durante años. Estos últimos días, acompañados de una gira de disculpas por parte de Cordera, destacó la entrevista que le realizó Rosemblat, la cual a simple vista, parecía ser una amena charla entre un fanático y su ídolo.
Y es que este punto, es justamente lo que sectores progresistas le criticaron al comunicador de 35 años. No solo por presentar la entrevista diciendo que está producida desde su fanatismo hacia la Bersuit, sino, porque se interpretó como una manera tibia de abordarla, debido a la ausencia de poner en la mesa los dichos que le costaron el peso de la justicia social, sabiendo lo que su palabra suele representar para el feminismo.
Con respecto a ¿Si es positivo endiosar a la gente?. Yo creo que el consumidor acérrimo de un medio, o seguidor de un artista de una manera que más que pasional es acrítica, no ve contradicciones porque lleva consigo una lógica que no acepta grises; todo se encuentra ensimismado a un círculo de pensamiento absoluto, te banco a como dé lugar, o dejo de consumirte. El desafío hoy día es comenzar a hacerse preguntas que incomoden y pongan en debate cuestiones que se creían saldadas, pero evidentemente no. Porque en búsqueda de la perfección, creo que nos cuesta aceptar los grises que en el mundo habitan. De ahí la magnitud tan filosófica de este debate, el cual lo sostienen estos supuestos dioses, que tambien tienen manchas como sus dedos acusadores.
¿Y vos? ¿De qué lado estás?






