La violencia volvió a manchar el fútbol sudamericano y dejó al “Rojo” en el ojo de la tormenta. Tras los incidentes ocurridos en el estadio Libertadores de América – Ricardo Enrique Bochini, donde se suspendió el partido de ida de octavos de la Copa Sudamericana frente a Universidad de Chile, el presidente de Independiente, Néstor Grindetti, salió con los tapones de punta.
“Independiente de ninguna manera fue responsable de la suspensión ni de la cancelación del encuentro. La cancelación del partido es exclusivamente por las agresiones de la hinchada visitante”, afirmó categórico el dirigente en conferencia de prensa, horas después de enviar a la Conmebol un descargo oficial con pruebas, videos e informes.
El mandamás del Rojo relató que el choque había sido considerado de alto riesgo y que el club cumplió con todos los protocolos exigidos, reforzando la seguridad con efectivos policiales y control privado. Pero, según su versión, nada alcanzó: “Los disturbios comenzaron antes del inicio del partido y fueron generados por la parcialidad visitante. Vinieron a nuestra casa a provocar”.
Video y descargo a la Conmebol
Para reforzar la defensa, Independiente difundió un video institucional que muestra cómo los hinchas de la U de Chile destruyeron cámaras de seguridad, enfrentaron a la policía y destrozaron instalaciones del estadio. “Demostramos que el club no fue responsable sino víctima de un grupo de delincuentes”, insistió Grindetti.
El dirigente pidió a Conmebol que actúe con “equilibrio y justicia” y confía en que el organismo reconocerá que la violencia se originó del lado chileno.
Mano dura contra violentos propios
Grindetti tampoco esquivó el bulto con respecto a los hinchas locales que intentaron meterse en el sector visitante: los calificó de “delincuentes” y anunció que serán expulsados como socios, además de enfrentar a la Justicia. “No vamos a permitir que unos pocos manchen el nombre del club”, sentenció.
Esperando el fallo
Ahora, la pelota está del lado de la Conmebol, que debe resolver en los próximos días si alguno de los equipos queda eliminado, si habrá sanciones económicas o deportivas, o cómo sigue la llave que debería definir un rival para Alianza Lima el 16 de septiembre.
Mientras tanto, Grindetti buscó dar un mensaje claro:
“Condenamos la violencia en todas sus formas. La violencia no nació en Independiente. La provocación fue de la U de Chile y confiamos en que la justicia actúe con equilibrio”.
La serie está en suspenso, la bronca está viva y el futuro de Independiente en la Copa Sudamericana se juega ahora en el escritorio de la Conmebol.






