La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, confirmó que dejará su cargo el próximo 10 de diciembre para asumir como senadora nacional por la Ciudad de Buenos Aires, en un contexto marcado por la expectativa de reformas estructurales y la necesidad de acuerdos políticos amplios.
En diálogo con Radio Rivadavia, Bullrich explicó que su desembarco en el Senado busca abrir una nueva etapa de transformaciones. “Estamos muy enfocados en una agenda que nos permita que estos meses de incertidumbre que vivimos no vuelvan más y que todo esto se traduzca en crecimiento del país”, afirmó.
La futura legisladora detalló que su agenda priorizará la reducción de impuestos, la actualización del Código Penal y la modernización del sistema laboral, con el objetivo de simplificar la economía y formalizar el empleo. “Sabemos que el kirchnerismo se va a oponer porque lo ha hecho desde el primer día, pero hay otros sectores con los que podemos hablar para hacer las reformas que necesitamos”, señaló.
Bullrich sostuvo que la clave de la gobernabilidad está en respetar el mandato popular expresado en las urnas. “La primera gobernabilidad que tenemos es la gobernabilidad de la gente que dijo: quiero mantener este camino, quiero que este camino se haga”, remarcó.
En ese sentido, no descartó buscar apoyos individuales dentro del Congreso, incluso entre sectores peronistas no alineados con el kirchnerismo. “Si algún kirchnerista se da cuenta de que está en el lado incorrecto, lo buscaremos. Si no, tendremos que aislarlos, como nos pasó este año”, advirtió.
Respecto a su vínculo con la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien preside el Senado, la senadora electa aseguró que será una relación “estrictamente institucional”, orientada al trabajo parlamentario. También descartó especulaciones sobre un eventual cargo de autoridad dentro de la Cámara Alta: “No voy con ninguna coronita. Llego como una senadora más para contribuir a la construcción de una mayoría”.
Bullrich destacó además la necesidad de fortalecer los lazos con los gobernadores de Juntos por el Cambio que mantienen diálogo con el oficialismo, como Alfredo Cornejo y Rogelio Frigerio, a quienes consideró actores clave para lograr consensos federales. “Con esos gobernadores hay posibilidad de diálogo”, subrayó.
Por último, la ministra aseguró que la política de seguridad no cambiará tras su salida del gabinete. “Va a seguir la misma línea: firmeza contra los delincuentes, apoyo a las víctimas y respaldo a las fuerzas de seguridad. La doctrina de que el que las hace, las paga, se mantiene”, concluyó.






