El domingo 18 en la misa papal toma oficialmente el cargo a la media mañana de Roma. Por otro lado el Papa celebró hoy en la Capilla Sixtina su primera misa, en la que habló en latín, inglés, italiano y español. Robert Prevost se ha dirigido a los cardenales que han asistido a la celebración —los otros 132 que lo eligieron en un cónclave de cuatro votaciones y los sin derecho a voto—:”Dios, llamándome a través de vuestro voto para suceder al primero de los apóstoles, me confía este tesoro para que, con su ayuda, sea su fiel administrador”.
En su primera homilía, en italiano, también ha lamentado que hay contextos donde la fe cristiana se reduce a “algo para personas débiles y poco inteligentes”. Además, ha dicho que “reducir Jesús a una especie de líder carismático o a un superhombre es un ateísmo de hecho”. Aún se desconoce donde establecerá su residencia el Papa. Por el momento, permanecerá en Santa Marta, según publica Il Corriere della Sera. El diario italiano señala que habrá que esperar al inicio de las obras en el Palacio Apostólico —donde históricamente se alojan todos los papas—, como ocurre con cada nueva elección. Este mismo viernes se prevé una reunión organizativa para decidir el calendario de las obras. Después, Prevost tomará una decisión.
Zapatos negros y mujeres lectoras en la primera misa
El papa León XIV ha oficiado su primera misa en la Capilla Sixtina ante los cardenales que le eligieron la víspera con zapatos negros, al igual que los usó Francisco en su pontificado y abandonando también la tradición de los zapatos rojos de los anteriores pontífices.
En la primera misa del primer papa estadounidense, Robert Francis Prevost, el canto inicial y las oraciones han sido en latín, pero las dos primeras lecturas se han hecho en inglés y español y el salmo en italiano. Además, dos mujeres, dos religiosas, las únicas presentes, han sido las personas elegidas para las lecturas en la Capilla Sixtina ante los miembros del colegio cardenalicio.
“Me has llamado a llevar una cruz”, han sido las primeras palabras, pronunciadas en inglés del papa León XIV, quien también ha entrado en la Sixtina con la cruz pastoral realizada para Benedicto XVI y utilizada también por Francisco en estas ceremonias. A su salida de la Sixtina, los cardenales le han despedido con un fuerte aplauso.
Desaparecer para que Cristo permanezca
Y luego el Papa habló, en primera persona, “como Sucesor de Pedro», recordando su “misión de Obispo de la Iglesia que está en Roma, llamado a presidir en la caridad la Iglesia universal» y recordando las palabras de San Ignacio de Antioquía, mártir en Roma: “en ese momento seré verdaderamente discípulo de Cristo, cuando el mundo ya no verá más mi cuerpo”.
Sus palabras evocan en un sentido más general un compromiso irrenunciable para cualquiera que en la Iglesia ejercite un ministerio de autoridad, desaparecer para que permanezca Cristo, hacerse pequeño para que Él sea conocido y glorificado (cf. Jn 3,30), gastándose hasta el final para que a nadie falte la oportunidad de conocerlo y amarlo. Que Dios me conceda esta gracia, hoy y siempre, con la ayuda de la tierna intercesión de María, Madre de la Iglesia.
Un modelo de humanidad santa a imitar
Antes de explicar cuál es la misión que la Iglesia debe llevar a cabo hoy, el Pontífice se detuvo en Cristo, “único Salvador y el que nos revela el rostro del Padre”, aquel en quien “Dios, para hacerse cercano y accesible a los hombres, se nos reveló en los ojos confiados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre”, que luego se apareció “a los suyos, después de la resurrección» y «mostrando así un modelo de humanidad santa que todos podemos imitar”. Sin olvidar la “promesa de un destino eterno que supera todos nuestros límites y capacidades”.
Fuente: (Efe)
