En los últimos años, la tendencia de los jóvenes de la Generación Z y los millennials a rechazar la idea de tener hijos se ha convertido en un fenómeno social de gran relevancia. Un sinfín de encuestas y estudios demuestran que las tasas de natalidad han descendido de manera alarmante en diversos países, generando interrogantes sobre las causas de esta decisión y sus implicancias a futuro.
Me quedé muy impresionado cuando escuché una nota de Mario Pergolini hablando de que las tasas de natalidad están descendiendo de una manera notable, que en Japón este fenómeno está convirtiendo a los jardines de infantes en geriátricos y que Argentina la tasa está dando menos 2, eso significa que las personas que está procreando ya no van a ser reemplazadas porque no dan los números básicamente.
Las razones detrás de la decisión
Uno de los motivos principales es la búsqueda de comodidad y estabilidad personal. Muchas personas de estas generaciones han crecido en un entorno donde se ha valorado la autorrealización individual y el cumplimiento de metas personales. La paternidad y maternidad, por su propia naturaleza, requieren una renuncia a ciertos aspectos de la vida personal que, para muchos, resulta un costo personal demasiado alto.
A esto se suman las dificultades económicas. Los millennials y los Z han enfrentado crisis financieras, inestabilidad laboral y costos de vida en constante aumento. Comprar una casa, acceder a servicios de salud de calidad y mantener un estándar de vida adecuado se han vuelto desafíos complejos, por lo que muchos consideran que la llegada de un hijo podría incrementar la incertidumbre económica.
Otro factor importante es el cambio en las prioridades y la percepción de la vida familiar. Durante décadas, la maternidad y la paternidad fueron vistas como una etapa natural e ineludible en la vida adulta. Sin embargo, las nuevas generaciones han resignificado el concepto de “proyecto de vida”, priorizando el desarrollo personal, los viajes, la estabilidad emocional e incluso el activismo social sobre la crianza de hijos.
La “generación de cristal” y su relación con la paternidad
El término “generación de cristal” ha sido utilizado para describir a estas generaciones debido a su supuesta fragilidad emocional y dificultad para afrontar la frustración. La paternidad implica sacrificio, entrega y una gran cuota de paciencia, valores que parecen estar en crisis en un mundo donde la inmediatez y el bienestar personal son prioritarios. Esto abre una discusión más amplia sobre cómo la educación y el ejemplo de las generaciones anteriores influyeron en la percepción de la crianza.
Las consecuencias de un mundo con menos niños
El impacto de este fenómeno ya se empieza a sentir en diversas áreas. Un claro ejemplo es la disminución de matrículas en jardines de infantes y escuelas primarias. En países con bajas tasas de natalidad, muchas instituciones educativas han tenido que cerrar o fusionarse debido a la falta de alumnos. Esto no solo afecta la estructura educativa, sino también a los docentes y a toda la cadena económica ligada a la educación infantil.
Además, a largo plazo, esta situación podría derivar en problemas graves en los sistemas de seguridad social, ya que una población con menos jóvenes implicará una menor cantidad de contribuyentes para sostener a una creciente población de adultos mayores. En sociedades donde la economía depende del equilibrio generacional, el descenso en la natalidad podría desencadenar crisis estructurales en salud, pensiones y mercado laboral.
Una discusión necesaria
Quisiera poner sobre la mesa esta problemática, sin emitir juicios de valor, pero invitando a la reflexión sobre lo que está ocurriendo. Y es una discusión que interpela también a los padres y adultos de hoy: ¿Qué ejemplo se ha dado sobre la maternidad y paternidad? ¿Cómo se ha transmitido la idea de formar una familia?
Este fenómeno no se debe abordar desde la imposición o la nostalgia por el pasado, sino desde una comprensión profunda de los cambios socioculturales. Si las nuevas generaciones han decidido alejarse de la paternidad, es crucial entender sus razones y pensar cómo acompañarlas en la búsqueda de un equilibrio entre el desarrollo personal y la continuidad de la sociedad. El desafío está planteado y su resolución definirá el futuro de las próximas décadas.
IG adriandallastaok
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