La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) decidió este miércoles recortar por segunda vez en el año las tasas de interés, en un intento por contener el aumento del desempleo y sostener la actividad económica en medio del cierre parcial del Gobierno.
El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) redujo la tasa de referencia en 25 puntos base, ubicándola en un rango de 3,75% a 4,00%, el nivel más bajo en tres años. La medida responde a un escenario de debilidad en el mercado laboral y tensiones políticas derivadas de las presiones del presidente Donald Trump sobre la política monetaria.
Es la primera vez desde la década de 1930 que el organismo define una política clave sin contar con un mes completo de datos oficiales sobre empleo, debido al prolongado cierre del Gobierno federal, que ya lleva casi un mes.
“Los indicadores disponibles sugieren que la actividad económica se ha expandido a un ritmo moderado. La creación de empleo se ha ralentizado este año y la tasa de desempleo ha aumentado ligeramente”, señaló el comunicado oficial de la Fed.
El presidente del organismo, Jerome Powell, advirtió recientemente que la combinación de despidos masivos en grandes compañías como Amazon y Target, junto con un menor crecimiento del empleo, “podría traducirse rápidamente en un aumento del desempleo”.
La decisión no fue unánime: Stephen Miran, aliado cercano de Trump, votó a favor de un recorte mayor, de medio punto, mientras que Jeffrey Schmid, titular de la Fed de Kansas City, prefirió mantener las tasas sin cambios.
La falta de datos completos también dificulta el diseño de la estrategia a futuro. Sin información actualizada sobre inflación y empleo, el organismo evalúa con cautela si continuará con recortes graduales o adoptará medidas más agresivas.
Por ahora, la inflación se mantiene estable, aunque los economistas advierten que los nuevos aranceles impulsados por Trump podrían generar presiones de precios en los próximos meses.
En paralelo, la Fed anunció el fin del proceso de reducción de su balance —que llegó a los 9 billones de dólares en 2022— y que ahora se estabiliza en torno a 6,6 billones, marcando el cierre de una etapa de contracción monetaria iniciada tras la pandemia de COVID-19.






