En una noche cargada de tensión y controversias arbitrales, Central Córdoba derrotó 2-1 a San Lorenzo y avanzó a los cuartos de final del Torneo Clausura 2025. El equipo santiagueño aprovechó dos fallos decisivos del árbitro Nazareno Arasa, apoyado por el VAR a cargo de Lucas Novelli, para revertir un partido que el Ciclón tenía encaminado.
El duelo terminó con bronca, empujones y gritos en la antesala de los vestuarios tras un cierre explosivo que dejó al conjunto azulgrana fuera de la competencia y profundamente indignado.
San Lorenzo golpeó primero con un golazo antes del descanso
El Ciclón arrancó mejor, presionando alto y acercando futbolistas al área rival. Aunque Central Córdoba equilibró el trámite con las corridas de Matías Perelló, el conjunto de Damián Ayude apostaba a su habitual solidez defensiva.
El gol llegó en el momento justo: Jhohan Romaña anticipó un mal control de Varaldo y armó una jugada individual sensacional, asistiendo a Facundo Gulli, que colocó un zurdazo al ángulo. La explosión del banco azulgrana fue inmediata.
El penal que cambió todo: el VAR intervino por una falta mínima
A los 20 minutos del complemento llegó la jugada que encendió la polémica. En una caída simultánea dentro del área entre Ignacio Perruzzi y Lucas Varaldo, Arasa marcó inicialmente “siga, siga”. Sin embargo, el VAR lo llamó segundos después y, tras revisar, cobró un penal por una falta leve que casi no se percibió a simple vista.
Más llamativo aún: al anunciar la decisión, el árbitro habló de “sujeción”, algo que no coincidía con lo que mostraban las repeticiones. Varaldo cambió la pena máxima por gol y el partido quedó 1-1.
San Lorenzo explotó. Las protestas terminaron con amarillas para Romaña y Alexis Cuello.
La expulsión que desató la furia azulgrana
Lo peor para San Lorenzo llegó segundos después. En un cruce con Perelló dentro del área, este último simuló un cabezazo que nunca existió. Arasa interpretó un choque inexistente y decidió mostrar dos amarillas, una para cada jugador.
Para Romaña, que ya estaba amonestado por protestar el penal, esa decisión significó la expulsión. Incrédulo, el colombiano debió irse sin haber cometido una falta real en toda la noche.
El VAR, por reglamento, no podía intervenir porque la acción terminó en amonestación, no en roja directa.
Con uno más, Central Córdoba lo buscó y lo encontró
Con el hombre de más, el Ferroviario se adelantó en el campo. San Lorenzo resistía como podía, hasta que en el minuto final del encuentro, el lateral Moyano desbordó como Cafú y habilitó a José Florentín, que sentenció el 2-1 final.
La derrota fue un golpe demoledor para los de Boedo.
Tensión, insultos y descontrol al final del partido
El clima terminó de estallar cuando los futbolistas se cruzaron al ingresar a los vestuarios. Hubo empujones, insultos al cuerpo arbitral y una evidente sensación de injusticia por parte de San Lorenzo.
Para colmo, el cierre incluyó la expulsión de Nery Domínguez, una muestra clara de la frustración acumulada.





