El estudio fue realizado por el Instituto de Medicina y Ciencias Forenses de Chaco los cuales habían recibido el material levantado por Gendarmería a partir de la técnica de luminol en la casa de los Sena en un segundo allanamiento el pasado 24 de junio.
Los rastros de sangre se encontraron en un colchón y un mueble, que la familia Sena intentó desprenderse días posteriores al crimen bajo el camuflaje que los donaba a la gente; y también en algunos sectores de una habitación.
Tanto el colchón como el mueble presentaron manchas de sangre de la víctima, cotejadas con muestras entregadas por Gloria Rivero, la madre de la víctima, así como su hermana.
En esa casa la Gendarmería también encontró una billetera y una mochila incinerada y que se presumen son objetos que usaba Cecilia estando con vida.