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Reevaluar metas y propósito personal: cómo cerrar el año con claridad y motivación

El fin de año suele ser un momento cargado de emociones. Entre balances laborales, compromisos personales y la presión por cerrar ciclos, es fácil perder de vista lo más importante: ¿cómo te sentís con lo que lograste este año? Y, sobre todo, ¿lo que hiciste estuvo alineado con lo que realmente querés para tu vida?
A veces nos encontramos cumpliendo metas que no nos llenan del todo, siguiendo un ritmo que no elegimos. Pero el fin de año también trae consigo una oportunidad: tomarte un tiempo para reflexionar y volver a conectar con lo que realmente te motiva.
¿Por qué es importante revisar tus metas y propósito?
Reevaluar no significa tirar todo por la borda. Al contrario, es un acto de autocuidado y honestidad que te permite:
Reconocer tus logros desde un lugar de gratitud.
Identificar lo que no funciona o ya no resuena con vos.
Redefinir el camino que querés seguir para que sea más auténtico y significativo.
Cuando te permitís hacer este ejercicio, no solo cerrás el año con mayor claridad, sino que también te preparás para arrancar el próximo con una brújula interna más afinada.
3 pasos para reconectar con tu propósito
1. Mirá atrás con honestidad y sin juicio
Tomate un rato para reflexionar sobre este año. Preguntate:
¿Qué logros me llenaron de verdad?
¿Qué momentos me hicieron sentir en sintonía con lo que soy?
¿Qué cosas hice por inercia o por cumplir con expectativas externas?
No se trata de juzgarte, sino de observarte con curiosidad y apertura. Incluso las experiencias que no salieron como esperabas tienen algo para enseñarte.
2. Volvé a conectar con lo que te mueve
Tu propósito no tiene que ser algo grandioso o definitivo; es aquello que te da energía y sentido. Preguntate:
¿Qué aspectos de mi trabajo o proyecto disfruto más?
¿Qué quiero aportar a quienes me rodean?
¿Qué impacto quiero que tenga lo que hago, no solo en otros, sino en mí mismo?
Al reflexionar sobre estas preguntas, es posible que descubras que lo que te motiva hoy no es lo mismo que te movía hace un año, y eso está bien. Somos seres en constante cambio.
3. Redefiní tus metas desde un lugar auténtico
Cuando te plantees nuevos objetivos, hacelo desde lo que realmente querés, no desde lo que creés que “deberías” hacer. Preguntate:
¿Cómo puedo diseñar metas que me entusiasmen?
¿Qué cambios pequeños puedo hacer para acercarme a lo que deseo?
A veces, ajustar el enfoque de tus metas puede marcar una gran diferencia. No se trata de trabajar más, sino de hacerlo de manera más alineada con vos.
Un cierre que abre nuevas puertas
Reevaluar tus metas y tu propósito no es un lujo, es una necesidad. Es lo que te permite soltar lo que ya no suma y abrir espacio para lo nuevo. No tenés que tener todo resuelto ni un plan perfecto, solo la disposición de escucharte y hacer pequeños ajustes que te acerquen a lo que realmente importa.
Porque al final del día, el éxito no está solo en lo que logramos, sino en cómo vivimos el camino hacia esos logros. Este fin de año, regalate la posibilidad de mirarte con amor y proyectar un futuro más en sintonía con tu esencia.
Por Victoria Fiorenzi 
Consultora Psicológica 
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