Por más que algunos se enojen por mi insistencia, la realidad es que la supuesta desaparición de Marcela Basteri, puntualmente la madre del idolatrado Luis Miguel, es un misterio consolidado de esconder la verdad. Asesinada y enterrada en Madrid o internada en un psiquiátrico del barrio porteño de Constitución la historia es que hay un cerco premeditado de silenciar su verdadero destino.
Ella nació en Italia en 1946 y debería tener 76 años de edad. De nacionalidad italiana, Marcela se crió en España, por eso habla castellano perfecto y cuando su madre abandonó a su padre, y éste viajó a la Argentina, la niña Basteri quedó a cargo de algunos familiares y algunos años después terminó siendo interna de un orfanato. Hasta que cuando su papá formó nueva pareja en Argentina, la mandó a buscar para que sus días siguieran en nuestro país bajo la severa disciplina de su progenitor.
Y fue su madrastra quien le dio oxígeno adolescente para que tuviera espacios esa mujer que venía formándose entre golpes emocionales y ausencias de hogar. Así creció Marcela entre romances juveniles condicionados y amores maduros muy complejos que la llevaron aquella noche que la marcó, en un show musical en Mar del Plata que publicitaba un buscador de destinos como fue Luis Rey, el supuesto padre de Luis Miguel, en el local marplatense “La Perla” donde él la abordó a ella y la sedujo.
Marcela venía desencantada de amores prohibidos con jóvenes comprometidos y ante la verba soñadora de Luis Rey, se embarca junto a él, camino a Puerto Rico que fue donde realmente nació Luis Miguel meses después.
Hay quienes aseguran que ella más que viajar, huyó de sus orígenes, llevando un embarazo de otro padre que no le habría blanqueado a su último enamorado y de ahí el poco parecido del “Sol de México” con Rey que fue quien registró al niño como su papá.
En Puerto Rico no les fue bien, y Luisito Rey trató de registrar a “Luis Mi” como ciudadano norteamericano, pero lo hizo sin suerte. Y de ahí que fuera en busca de otra ciudadanía a México que lo hizo ciudadano azteca y de ahí su bautismo artístico como “El Sol de México”.
Luis Rey era un fervoroso cantante, pero también un reconocido embaucador y eso lo acercó a algunos personajes siniestros de los prontuarios policiales mexicanos, entre los que estuvo el ex Comisario General de Policía, el “Negro” Durazo que supo estar preso por “Corrupción, lavado de dinero, narcotráfico y prostitución…” entre otras cosas.
Hablo del amante rufián al que Rey entregaba a su mujer, en hecho que corroboró el propio Luis Miguel en la miniserie que autorizó sobre su biografía, en la que cobró 12 millones de dólares contando es tremenda barbaridad.
Los negociados entre el delincuente de Durazo y el sinvergüenza de Rey los llevaron a facturaciones que ayudaron a la carrera de Luis Miguel pero quebrantada cuando el padre del cantante no respondió a las órdenes del hampa que lo obligaron a escaparse y de asegurar junto a su entorno que esa huida respondía a las amenazas que recibía, juntamente con la propia Marcela que en una severa discusión termina siendo víctima de un asesinato por parte de Rey.
Este hecho a mí me hace ruido y es el que abona el propio Luis Miguel que asegura en su intimidad que a su madre la mataron. Yo creo que esa versión su usó para distraer a Durazo, que estaba en la cárcel y que no mandara a matar a Rey y a Basteri, que si sabía que había muerto se podía salvar.
A Rey que sufría de HIV y estaba muy enfermo, lo mandaron a golpear y lo desfiguraron, y en su lecho de agonía fue fotografiado por un retratista que tiene esas fotos. Luis Miguel estaba muy peleado con su padre y hacía años que no lo veía por todo lo que había hecho con su madre, y cuando le avisan que su papá agonizaba, viajó a España suspendiendo recitales en Luna Park y Paraguay y cuando llega había muerto, pero pudo ver la paliza que él había recibido en venganza a deudas con el temible Durazo.
Basteri huye, cambia su identidad y un alto agente de Interpol, de apellido Aldana, asegura haber hablado por teléfono con ella que le contó que estaba con una nueva pareja, que había tenido 2 hijos más… Corría el año 1992.
Marcela se ve obligada a seguir huyendo… pasa las de Caín y en Asturias, cae en un campo de concentración de mujeres sometidas a los instintos más bajos. Es donde conoce a Honorina Montes, la mujer que aseguran hoy que está internada en un psiquiátrico porteño.
Pero según la misma mendiga, que para mí sería Marcela Basteri, la madre de Luis Miguel, afirma a sus primas que son 4 y la visitan todas las semanas, asegura y no duda con que ella se quedó con su identidad y después que a la citada Honorina la asesinan en España.
Basteri se vuelve a escapar a Estados Unidos, de allí vuelve a México, y algunos policías y políticos amigos de Luis Rey le facilitan el papeleo para que llegue a Buenos Aires, donde deambula hace años hasta que comenzaron sus primeros desvaríos psicológicos.
La familia de la mujer muerta reclamó en la Justicia Argentina, que le realizó un ADN, de dudosa realización, y que hace que Marcela no quede como madre de Luis Miguel, sino como Honorina. Hay un fallo y también una sentencia, pero nadie quiere meterse en la desaparición de Marcela, eso es evidente, incluido sus hijos con Luis Miguel a la cabeza.
Al galope se me ocurren algunas preguntas: ¿por qué el Sol” no devela el destino de su madre a la familia de sangre de ella cuando se lo imploran hace años?… ¿Por qué si todos saben que a Marcela la asesinaron no dicen de una buena vez dónde está enterrada, que se sabe?… ¿Al final de cuentas a quién mataron?… Si fue Marcela que lo digan y si fue Honorina también, lo que quedada claro que de una u otra manera es evidente que hay una mujer viva y la otra fue asesinada, ¿por qué no lo investigan al menor con los recursos que una figura de la relevancia de Luis Miguel Miguel impone?… Chau, hasta la próxima.