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Las estatuas de Gallardo Y Mirtha generan ardores

Hoy las estatuas hablan. De piedra, de bronce o de granito ahí están ocupando pedestales y estandartes en los que cada una luce o trasmite el mensaje que sus responsables, los escultores o la gente quiere ver o percibir. Pero en las últimas obras las resonancias y rebotes generados tuvieron las devoluciones más inesperadas.

Cuando todavía no se habían acallado las bromas por la fallida estatua de Marcelo Gallardo -cuyo rostro es más parecido al del doctor Fernando Burlando que al “Muñeco” original, y cuya abultada entrepierna aparenta ser una hernia inguinal-, en las últimas horas se inauguró una muy desafortunada réplica de Mirtha Legrand en su Villa Cañás natal, después que rechazara la estatua que yo le propuse para que brillara en la vereda de APTRA, entidad de la que “Chiquita” es madrina desde hace años.

Como presidente de la asociación, hace unos años tuve la idea de homenajearla instalando una estatua en la sede. Obviamente, lo primero que hice fue llamarla por teléfono para preguntarle si estaba de acuerdo y, en caso de que su respuesta fuera afirmativa, pedirle autorización.

Correcta como siempre, Mirtha me agradeció la intención, pero me dijo muy amablemente que no le gustaban las estatuas y que prefería que no hubiera una suya en la sede de APTRA. Por sus palabras noté que ella pensaba que su escultura iba a estar dentro de la entidad. Le expliqué entonces que mi loca idea era que su imagen de bronce estuviera en el exterior, sobre la vereda, para que la gente se sacara fotos y de paso supiera que en ese lugar está la sede de APTRA, ya que su nombre es sinónimo de espectáculo.

La estatua de Mirtha fue creada por un escultor cordobés Daniel Delero, pero parece realizada por un grupo de chicos de colegio como parte de un trabajo práctico hecho sin ganas y a las apuradas. La imagen se viralizó y los comentarios fueron lapidarios. Su propia hija Marcela Tinayre enfatizó: “Me resisto a que esa estatua seas vos mamá…”.

Algunos la ven parecida a Mónica Gonzaga, otros al “Pájaro” Claudio Caniggia y no faltaron quienes la compararan con Gladys Florimonte o con la ex Primera Dama, Inés Pertiné, viuda del ex presidente Fernando De la Rúa.

A la Chiqui casi le da un ataque. Su estridente “¡¿¿¿Quéééé???!” todavía retumba en mis oídos. Le aclaré que era sólo una idea, que la estaba llamando para consultarla porque mi intención era homenajearla y no incomodarla. Ya repuesta de la sorpresa inicial, la Chiqui me comentó que no le gustan las estatuas de las celebridades, porque rara vez se parecen a las figuras originales y terminan provocando toda clase de burlas y comentarios desagradables.

Cierro con una pregunta a los escultores argentinos: Después de las hilarantes esculturas de Mirtha, Gallardo con sus desbordados aspectos físicos, Reinaldo “Mostaza Merlo” en la cancha de Racing y Angelito Labruna en River, Carlos Monzón que estuvo a punto de ser retirada de una federación de boxeo santafesina por su trágico episodio con Alicia Muñiz, la de Rodrigo Bueno en la puerta de la cantina “El Corralón” donde le cortaron las manos… Y tantas otras que provocaron tantas devoluciones desagradables

Artistas y escultores, antes de ponerse a trabajar en obras sobres figuras populares y famosas tramiten bien la previa para que una vez presentada la escultura no reciban los coletazos de las consecuencias como en muchos casos. Hasta la semana que viene.

 

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