Por Alejandro Almendros
“Es impericia total. Es amateurismo. No hay una estrategia detrás de la convocatoria como muchos piensan. No tendría que haber habilitado el Senado. La política es vertical. En vez de someterse y quedarse en silencio, juega a hacer lo que se le canta y le sale mal. Esta mujer está desenfocada. No tiene destino político”, dice uno de los funcionarios experimentados del Senado, que tiene acceso a la presidencia de la Cámara.
La gran derrotada de ayer es Victoria Villarruel. La vicepresidente en el marco de tener como bandera la “no corrupción”, y por querer mostrar el apego irrestricto al constitucionalismo, permitió que sea Cristina Kirchner quien se lleve los laureles.
Otro de los funcionarios que formaba parte del círculo de Villarruel, afirmaba: “La secretaria se come el mensaje que le mandaron. Es una amiga de la infancia de Victoria, Guadalupe Jones. No sabe absolutamente nada. Laburaba en una inmobiliaria. El padre era un genocida”.
Jones, secretaria privada de Villarruel, es una activa militante por la liberación de los genocidas e hija de Juan Carlos Jones Tamayo.
Jones Tamayo fue jefe de la Central de Inteligencia dependiente del Regimiento de Montaña 20 del Ejército Argentino, con sede en San Salvador de Jujuy, y fue condenado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad en diciembre de 2022. Murió a fines del año pasado.
Lo dicho, es porque la secretaria personal de la vicepresidente, Guadalupe Jones, recibió dos días antes de la sesión, a través de su teléfono, el documento de la Casa Militar, donde se la notificaba con día y hora el momento de la partida del presidente Milei rumbo a Italia. Jones contestó vía whatsapp, diciendo OK.
Lo cierto, es que el oficialismo no tenía el número necesario. “Se metió dentro de la cabeza del león y no justamente la de Milei, sino la de Cristina”, dice uno de los senadores del PRO.
El resultado es por todos conocidos. Finalmente, Kueider fue expulsado, Villarruel quedó nuevamente en una situación de tensión con el presidente Milei, y quedó expuesto que el país estuvo casi 7 horas sin presidente en ejercicio.
Como si esto fuera poco, Villarruel contó todo: “Hasta que no me traspasan el poder, soy vicepresidente, y eso se hace informándomelo el escribano de Presidencia”, publicó en sus redes sociales. El presidente luego la desmintió.
“Hay una diferencia entre Victoria y Javier que es el equipo que armó. Victoria está cerrada en una vanidad enorme, no se deja ayudar y no tiene equipo. No solo se come el palo, sino que le arman una conferencia de prensa que la hace quedar dos veces tonta. Ayer estaba pensando que iba a hacer un show para los medios y quedó pedaleando en el aire”, agrega un funcionario oficialista.
El Poder Ejecutivo (léase, el triángulo de Hierro), quiere “romperla” y va a hacer todo para que renuncie. Ella no lo va a hacer. La situación es similar a la que vivía Julio Cobos, aunque la diferencia, es que el mendocino tenía parte de un partido atrás.
Villarruel el jueves “estaba muy golpeada, porque a nadie le gusta darse cuenta que es un verde”, dijo un senador de Unión por la Patria.
El PRO está en llamas. Si bien Mauricio Macri habló de un futuro con esperanzas para el partido, en el cierre del año, habló de la no relación que tiene con el oficialismo: “Sorprendidos por el destrato casi permanente del Gobierno hacia el PRO y a sus aportes. Porque lo hacemos por la gente, nosotros queremos que el país salga adelante. Fue un ejercicio que enaltece más haberlo hecho bajo esas circunstancias“.
Lo cierto es que muchos dirigentes del partido amarillo, ven como única posibilidad electoral, el compartir listas con el oficialismo. Creen que, si se enfrentan con los libertarios, pueden desaparecer.
Uno de ellos es el diputado Diego Santilli. De hecho, hasta se habló de la creación de un propio partido. Al igual que hizo Patricia Bullrich junto con el intendente de 3 de Febrero, Diego Valenzuela.
Santilli en la derrota del año pasado, se ganó su independencia, y es el que sostiene que el PRO tiene que jugar con Milei.
El activo que le puede dar Santilli a Milei en la provincia de Buenos Aires, es el alto nivel de conocimiento. “Espert no mide. Santilli se puso otra vez al frente de su electorado, y tiene los territorios vivos. Muy pocos de la dirigencia política, tienen más partidos ganados que perdidos. Hay 15 municipios que le responden a él”, dice un dirigente cercano al diputado.
El quiebre entre el PRO y el gobierno, se vio en la sesión en donde se aprobó el presupuesto de Caba con lo justo: 31 votos. Los legisladores de Karina Milei y los tres de Patricia Bullrich votaron en contra. Los salvó Ramiro Marra y la muñeca política de Matías López, vicepresidente primero de la Legislatura.
El PJ está en problemas. Hasta ahora los puentes entre Kicillof y Cristina están cortados.
Con la sanción en el Congreso de la ley de Boleta Única Papel, el gobernador tiene que definir con qué sistema se votará en la Provincia de Buenos Aires. Además, está en estudio si conviene o no, eliminar las PASO.
La ex mandataria y Sergio Massa en la reunión del PJ, pidieron ir a elecciones concurrentes en Buenos Aires. En el mismo día, las dos elecciones; como sucedió con la experiencia fallida de la Ciudad de Buenos Aires.
Esto, no es lo que pretenden los Kicillofistas que les gustaría desdoblar. En la Provincia se ponen en juego 35 bancas de Diputados nacionales. Kicillof quiere la lapicera para poder armar la elección provincial.
Por último, volviendo al Senado nacional. Ahora Unión por la Patria, tendrá una banca más. Llega a 34 y se obsesiona con el quórum propio. La Ciudad de Buenos Aires renueva sus tres bancas de senadores en 2025. Guadalupe Tagliaferri del PRO, Martín Lousteau de la UCR y Mariano Recalde de Unión por la Patria.
Hay un rumor muy fuerte, que dice que Cristina va a jugar por la Capital. ¿Qué pasaría si La Libertad Avanza y el PRO van separados?