En el vertiginoso mundo de hoy, la crianza de los hijos puede convertirse en una tarea compleja y desafiante. Sin embargo, una propuesta simple pero poderosa ha surgido de los estudios del neurocientífico Jaak Panksepp: la Regla de los Nueve Minutos.
Este método sugiere que invertir nueve minutos cada día en la vida de nuestros hijos puede marcar una diferencia significativa en su desarrollo emocional y psicológico. Estos momentos estratégicos son: los primeros tres minutos después de despertar, los tres minutos después de volver de la escuela y los tres minutos antes de dormir.
A continuación, exploramos cómo implementar esta regla y sus beneficios para criar hijos seguros y felices.
1. Los Primeros Tres Minutos Después de Despertar
El inicio del día es crucial para establecer el tono emocional de las siguientes horas. Panksepp enfatiza la importancia de estos primeros tres minutos en los que los niños se despiertan. Durante este tiempo, los padres deben ofrecer una bienvenida cálida y positiva al nuevo día. Un abrazo, palabras de ánimo y una sonrisa pueden contribuir a que los niños se sientan amados y seguros desde el momento en que abren los ojos.
Esta práctica no solo fortalece el vínculo emocional entre padres e hijos, sino que también ayuda a regular el estado de ánimo del niño, preparándolo para enfrentar los retos del día con una actitud positiva. Investigaciones han demostrado que las primeras interacciones del día tienen un impacto duradero en el bienestar emocional, favoreciendo una mayor resiliencia y capacidad de manejo del estrés.
2. Los Tres Minutos Después de Volver de la Escuela
El regreso de la escuela es un momento cargado de emociones para los niños. Es el instante en que pueden descargar las experiencias acumuladas durante el día. Los primeros tres minutos tras cruzar la puerta de casa son esenciales para ofrecerles un espacio seguro donde expresarse libremente. Los padres deben mostrar una presencia atenta y receptiva, escuchando activamente sin juzgar.
Este enfoque fortalece la comunicación y permite a los padres detectar posibles problemas o ansiedades que los niños puedan estar enfrentando. Además, fomenta un ambiente de confianza donde los hijos se sienten valorados y comprendidos. La escucha activa y el apoyo emocional en este momento crítico promueven una sensación de pertenencia y seguridad.
3. Los Tres Minutos Antes de Dormir
El cierre del día es tan importante como su inicio. Los últimos tres minutos antes de que los niños se duerman deben dedicarse a reforzar los lazos afectivos y a asegurarles que son amados. Leer un cuento, compartir un momento de conversación tranquila simplemente dar un abrazo cariñoso puede ayudar a que los niños se relajen y duerman mejor.
Este ritual nocturno no solo mejora la calidad del sueño, sino que también permite a los niños procesar sus emociones y pensamientos del día en un ambiente seguro y acogedor. Un descanso adecuado y reparador es fundamental para el desarrollo cognitivo y emocional, y estos minutos finales del día son determinantes para asegurar un sueño tranquilo y profundo.
La Regla de los Nueve Minutos de Jaak Panksepp no requiere más que un pequeño ajuste en la rutina diaria, pero sus efectos pueden ser profundos y duraderos. Al centrarse en estos tres momentos críticos del día, los padres pueden construir una base sólida de seguridad emocional y felicidad en sus hijos. Este enfoque simple pero eficaz destaca la importancia de la presencia y la atención plena en la crianza, recordándonos que a veces, las acciones más pequeñas tienen los impactos más grandes.
IG. adriandallastaok
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