A las pocas horas de terminar con la 51ª entrega de los premios Martín Fierro de Televisión Abierta, me encontré personalmente con Darío Turolevsky, el gerente general de Telefé y me dijo que estaba feliz de la trasmisión de la gran gala y que vaya pensando en repetirla con su canal el año que viene.
Por otro lado, también se comunicó conmigo Marcelo Tinelli, CEO y gerente de programación de América TV y me dijo que quería que APTRA lo tuviera en cuenta también el año que viene para transmitir el evento de entrega. Y hace un ratito, antes de escribir estas líneas, también me llamó Pablo Codevila como gerente artístico de Canal 13 sosteniendo que su emisora quería volver a pulsear en el 2024 por una trasmisión exclusiva del máximo Martín Fierro.
Más allá de todas las campañas descalificadoras de la entrega y las arteras críticas recibidas en APTRA, como entidad responsable del premio, nadie podrá negar que la velada del último 9 de Julio fue el gran acontecimiento televisivo del año. Duró algo más de 4 horas y promedió 23,6 puntos, con un pico de 26,7 y una marca de 17 en el último bloque, ya pasada la una de la mañana. Ese sostenido nivel de audiencia demuestra a las claras que el interés del público por este gran evento anual no pierde vigencia. Al contrario.
La ceremonia tuvo todos los condimentos necesarios: emoción, reencuentros, homenajes, varios discursos encendidos y las infaltables polémicas, que aún hoy son debatidas en los programas de espectáculos. La transmisión de Telefé, con la impecable conducción de Santiago del Moro, no tuvo baches ni fisuras.
Uno de los momentos más emotivos fue el habitual espacio dedicado a recordar a las figuras de la TV que fallecieron el último año. La voz de Natalia Oreiro le brindó el clima exacto al sentido homenaje.
También fue conmovedor el tributo a Antonio Gasalla. Su amigo Marcelo Polino y Susana Giménez, con quien el humorista compartió muchos años de labor televisiva, fueron los encargados de brindar su testimonio. La diva se quebró y lloró al referirse al notable actor y humorista.
El momento más tenso fue la llegada de Jey Mammón, cuando “La peña de Morfi” -el ciclo que condujo hasta que explotó la dura denuncia en su contra- ya había resultado perdedor en su terna. Se sentó junto a sus ex compañeros, quienes rápidamente lo dejaron solo. Jey se acercó entonces a Susana Giménez y le agradeció por haberlo defendido públicamente.
Una situación llamativa se dio cuando Benjamín Vicuña habló tras recibir el Martín Fierro como mejor actor protagónico. Le agradeció a la Argentina por haberle dado todo: trabajo, hijos maravillosos… “Y un amor”, agregó con picardía mientras miraba a Pampita. Ella le respondió con una amplia sonrisa, mientras Roberto García Moritán -su actual pareja- aplaudía muy serio.
El discurso más encendido fue el de Jorge Lanata, quien obtuvo la estatuilla por Mejor Labor Periodística y lanzó un fuerte alegato sobre la situación del país y realizó un duro llamado de atención a los hombres fuertes de la televisión por la falta de inversión.
En mi caso personal, fui criticado por las dos ternas que tuvieron dos ganadores. Como presidente de Aptra, mi voto podría haber inclinado la balanza. Sin embargo, decidí respetar la voluntad de los socios de la entidad y que ambos recibieran el premio. En momentos de tanta grieta, consideré oportuno unir y no dividir.
Pese a los reiterados reclamos por la falta de ficción nacional en el aire, el Martín Fierro de Oro fue para un reality show. Parece un contrasentido, pero los socios de Aptra consideraron que Gran hermano fue el programa más potente del 2022. Y la decisión del jurado se respeta a rajatabla
La ceremonia resultó impecable y la transmisión fue espectacular. El Martín Fierro sigue vivo. Más vivo que nunca. Aunque les duela a algunos que son incapaces de organizar una kermese en una Sociedad de Fomento. Hablar es muy fácil. Hacer no es para cualquiera.