Por el Lic. Adrián Dall’Asta
En una realidad cada vez más caracterizada por la digitalización, el acceso a las apuestas online se ha convertido en una realidad al alcance de todos, en especial de los jóvenes. La facilidad con la que cualquiera puede registrarse en plataformas de juegos de azar y apostar desde su dispositivo móvil ha aumentado la incidencia de comportamientos problemáticos asociados al mal uso del dinero. Estos comportamientos, que en casos graves pueden derivar en ludopatía, afectan tanto a la salud mental como a las relaciones familiares y al bienestar económico de las personas.
La conexión entre educación financiera y el mal uso del dinero
La educación financiera proporciona a los individuos, en especial a los más jóvenes, las herramientas necesarias para gestionar su dinero de manera responsable. A través de ella, no solo se adquieren habilidades prácticas sobre ahorro, inversión y planificación de gastos, sino que también se desarrollan actitudes que promueven la reflexión y la toma de decisiones conscientes. Este aprendizaje ayuda a las personas a reconocer el valor del dinero y a resistir la tentación de asumir riesgos innecesarios, como apostar en juegos de azar.
Sin embargo, la ausencia de educación financiera en la infancia y adolescencia, sumada a una cultura digital que promueve el acceso instantáneo a plataformas de apuestas, crea un ambiente propicio para que el mal uso del dinero se transforme en un patrón de conducta problemático.
Riesgos psicológicos asociados a las apuestas online
Las apuestas online representan una amenaza psicológica significativa. La exposición constante a estas plataformas fomenta un patrón de búsqueda de recompensas inmediatas y genera un ciclo de dopamina en el cerebro, que puede llevar a la adicción. A medida que el usuario experimenta las “victorias” y “derrotas” de las apuestas, su cerebro asocia esta actividad con la gratificación inmediata, desencadenando un patrón de dependencia que compromete la capacidad de autocontrol y el juicio crítico.
Además, la naturaleza engañosa de las plataformas de apuestas, que en muchos casos promueven “ganancias fáciles” y ofrecen bonificaciones iniciales, aumenta la posibilidad de que los usuarios, especialmente los jóvenes, subestimen los riesgos y continúen apostando incluso cuando experimentan pérdidas significativas.
La educación financiera: Una herramienta preventiva
En este contexto, la educación financiera no solo tiene el potencial de reducir el riesgo de ludopatía, sino que también ayuda a los jóvenes a desarrollar una conciencia más amplia sobre las consecuencias del gasto irresponsable. Integrar la educación financiera en el sistema educativo, desde edades tempranas, podría transformar la manera en que los individuos perciben el dinero y sus usos. Aprender a presupuestar, establecer metas de ahorro y entender los principios básicos de la economía son competencias fundamentales que pueden actuar como barreras preventivas frente al riesgo de caer en comportamientos impulsivos o adictivos, como las apuestas.
La educación financiera debe ser aplicada de manera integral, incluyendo contenidos específicos sobre el funcionamiento y los riesgos de las apuestas y los juegos de azar. A través de actividades prácticas, como simulaciones de gestión de dinero y análisis de casos reales, los estudiantes pueden experimentar el impacto que las decisiones financieras tienen en su vida. Esto permite que los jóvenes desarrollen una percepción crítica y realista sobre el dinero, y aprendan a diferenciar entre inversiones de riesgo moderado y actividades que representan una amenaza significativa para su estabilidad económica.
Responsabilidad compartida: Familia, escuela y sociedad
Aunque la educación financiera debería ser una prioridad en el sistema educativo, es fundamental que también se promueva en el entorno familiar y en la sociedad en general. Los padres juegan un papel crucial en la enseñanza de valores relacionados con el dinero y el autocontrol, sirviendo de ejemplo en la toma de decisiones financieras responsables. Asimismo, las empresas y el Estado deben asumir su responsabilidad en la regulación y publicidad de las apuestas online, estableciendo políticas de protección para los usuarios, especialmente para aquellos que son más vulnerables, como los menores de edad.
La intervención psicológica en casos de ludopatía
Para aquellos jóvenes que ya presentan problemas de adicción a las apuestas online, la intervención psicológica se convierte en una herramienta clave. A través de terapias cognitivas y conductuales, los profesionales de la salud mental pueden ayudar a los afectados a identificar los patrones negativos en su relación con el dinero y las apuestas, brindándoles estrategias para recuperar el control sobre sus decisiones. Sin embargo, la intervención terapéutica puede ser solo una parte de la solución; la prevención a través de la educación financiera es la forma más eficaz y sostenible de proteger a las futuras generaciones del riesgo de caer en conductas de juego irresponsables.
Al promover una cultura de responsabilidad y reflexión en torno al dinero, podemos equipar a las nuevas generaciones con el conocimiento y las habilidades que necesitan para tomar decisiones conscientes, protegiéndolas así de los peligros asociados al mal uso de las plataformas de apuestas y garantizando un futuro económico y emocional más seguro y favorable a la salud integral de las personas.
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