Por Victoria Fiorenzi
Consultora Psicológica
Ser líder implica tomar decisiones rápidas y cruciales, especialmente en situaciones de alta presión. Sin embargo, esa presión muchas veces genera estrés y ansiedad, lo que puede nublar nuestra capacidad de pensar con claridad. ¿Cómo se puede tomar una buena decisión cuando el tiempo apremia? Desarrollar esta habilidad es clave, y con la práctica podés perfeccionarla.
Lo importante a recordar es que las decisiones más eficaces no siempre son las más rápidas, sino aquellas que logran combinar un análisis objetivo con una gestión emocional equilibrada. Esto te permite avanzar con seguridad, incluso en medio del caos.
Consejos para tomar decisiones bajo presión:
1. Respirá profundamente: Antes de tomar una decisión, regalate unos segundos para respirar profundo. Esto te va a ayudar a calmarte y a pensar con mayor claridad.
2. Dividí la decisión en pasos: Desglosar el problema en pasos más pequeños hace que la situación parezca menos abrumadora. Avanzá de manera más segura, centrándote en resolver una parte a la vez.
3. Confiá en tus valores: Cuando la presión es alta, tus valores personales y profesionales pueden ser una brújula. Alineá tus decisiones con esos principios y te vas a sentir más seguro de que estás eligiendo lo correcto.
4. Tomate una pausa breve: Si es posible, alejate unos minutos de la situación. A veces, ese pequeño descanso es suficiente para volver con una nueva perspectiva y mayor claridad.
Tomar decisiones bajo presión es un arte que se puede desarrollar con el tiempo. Aplicar estos consejos puede ayudarte a enfrentar los desafíos con mayor confianza y eficacia.