En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) se posicionó como protagonista a nivel mundial y China fue uno de los países líderes en su adopción, con un 75% de sus trabajadores utilizándola en sus tareas diarias, según encuestas recientes.
En sus escuelas, la IA no es solo una herramienta adicional y podemos verlo reflejado en la Jinhua Xiaoshun Primary School, ubicada en el este del país, donde los estudiantes utilizan cintas de cabeza desarrolladas por BrainCo.
Estos dispositivos recogen datos sobre el nivel de compromiso de los estudiantes en clase, permitiendo que la IA intervenga cuando detecta que un alumno tiene dificultades para comprender un concepto, ofreciéndole apoyo personalizado mediante Age of Lerning o Kidaptive – lo que ayuda a incrementar la motivación y el compromiso con el estudio.
Sin embargo, una de las principales preocupaciones es el posible exceso de tecnología provocando que los estudiantes puedan volverse dependientes a la tecnología, dificultando su capacidad para conectarse emocionalmente con sus compañeros y docentes. Agregado a esto, la creciente automatización podría llevar a un aumento en el desempleo, afectando a profesionales del rubro.
A pesar de los desafíos y las ventajas que presenta la IA, es fundamental que mantengamos un equilibrio adecuado entre tecnología y relaciones sociales, asegurándonos de que el enfoque principal siga siendo la enseñanza en todos los niveles educativos.
Colaboración: Stefanía Fossa-Olandini