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La Importancia de las madres y de los padres en la prevención.

La prevención de problemas sociales como las adicciones, el bullying, el consumo de alcohol, apuestas en línea (sólo por mencionar algunos), entre los jóvenes es un desafío constante en nuestra sociedad.

A menudo, la respuesta inmediata es la implementación de talleres y programas dirigidos directamente a los adolescentes. Sin embargo, esta estrategia, aunque valiosa, puede ser insuficiente si no se aborda de manera integral, involucrando a los padres como los primeros agentes de prevención.

La Familia: Primera Línea de Defensa

Numerosos estudios han demostrado que la familia juega un papel fundamental en la prevención de conductas de riesgo en los jóvenes. Los padres, como primeros educadores y modelos a seguir, tienen una influencia significativa en el desarrollo de sus hijos.

Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la supervisión parental adecuada y la comunicación abierta entre padres e hijos son factores claves para reducir el riesgo de abuso de sustancias y comportamientos violentos en adolescentes.

Hay más bibliografía que apoya esta afirmación que los invito a investigar por ejemplo Early Intervention: Good Parents, Great Kids, Better Citizens. Realizado por The Centre for Social Justice (1 septiembre 2008).

La prevención, en este sentido, no se trata únicamente de evitar problemas inmediatos, sino de construir una base sólida de valores y habilidades sociales desde una edad temprana. La relación estrecha y positiva entre padres e hijos fomenta un ambiente donde los jóvenes se sienten seguros para expresar sus preocupaciones y buscar orientación.

Educación a Largo Plazo: Una Inversión en el Futuro

Si bien la prevención es fundamental a corto plazo, la educación de niños y adolescentes es una inversión a mediano y largo plazo que asegura la consolidación de comportamientos saludables y responsables. La educación no solo debe centrarse en la información sobre los riesgos, sino también en el desarrollo de habilidades para la vida, como la resolución de conflictos, la toma de decisiones informadas y la gestión de emociones.

Un estudio de la Universidad de Harvard resalta que los programas educativos que incluyen componentes de aprendizaje socioemocional pueden reducir significativamente el comportamiento problemático y mejorar el rendimiento académico. Esto subraya la importancia de una educación integral que prepare a los jóvenes para enfrentar desafíos y tomar decisiones saludables.

La Sinergia entre Padres y Educación Formal

Para que los esfuerzos de prevención y educación sean efectivos, es esencial una colaboración estrecha entre padres y escuelas. Las instituciones educativas pueden proporcionar recursos y capacitación para que los padres desempeñen su papel preventivo de manera más efectiva. Al mismo tiempo, los padres deben estar involucrados en la vida escolar de sus hijos, participando activamente en su proceso educativo y en la promoción de un entorno seguro y de apoyo.

A modo de pequeña reflexión final

La prevención de conductas de riesgo en jóvenes no puede depender exclusivamente de intervenciones dirigidas directamente a ellos. Es imprescindible reconocer y fortalecer el rol fundamental de los padres como los primeros agentes de prevención, complementando estos esfuerzos con una educación integral que prepare a los niños y adolescentes para el futuro.

Solo a través de una estrategia combinada y sostenida se puede esperar un impacto positivo y duradero en la vida de los jóvenes y en la sociedad en su conjunto.

La colaboración entre familias, escuelas y comunidades es la clave para crear un entorno emocionalmente saludable y seguro. En última instancia, la prevención y la educación son dos caras de la misma moneda: ambas necesarias para construir un futuro más prometedor para las generaciones venideras.

IG adriandallastaok
Fundación Padres

 

 

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