A principios de este mes, alcanzó por primera vez los $3 billones de valoración, superando a Apple. Este martes, volvió a batir récord cuando sus acciones subieron un 3.6%, elevando su capitalización de mercado a $3.34 billones, superando así a Microsoft (valorada en $3.32 billones).
¿Por qué sucede este aumento radical?
La compañía posee aproximadamente el 80% del mercado de chips de Inteligencia Artificial (IA) utilizados en centros de datos, un negocio que creció enormemente gracias a OpenAI, Microsoft, Amazon y Meta; entre otros, quienes adquirieron los procesadores necesarios para construir modelos de IA y manejar bases de datos cada vez más grandes.
Fundada en 1991, Nvidia pasó sus primeras décadas vendiendo chips para que los usuarios pudieran ejecutar juegos 3D en sus computadoras. Con el paso del tiempo, lograron suplir las necesidades de sus consumidores ganándole, muchas veces, a sus competidores. Esto hizo que el cofundador y CEO de la compañía, Jensen Huang, lograra alcanzar USD$117 mil millones, posicionándolo entre las personas más ricas del mundo, según Forbes.
Este día será recordado, pero no sabemos si el auge de Nvidia durará demasiado tiempo ya que la competencia por obtener el primer puesto entre las principales empresas tecnológicas de Wall Street es constante. Sin ir más lejos, el 13 de junio, Apple logró ser la empresa estadounidense más valiosa tras anunciar avances significativos en IA generativa durante su Conferencia Mundial de Desarrolladores que se realiza cada año, lo cual impulsó sus acciones. Sin embargo, al día siguiente, fue superado por Microsoft.
El ascenso de Nvidia no solo subraya el creciente papel de la inteligencia artificial en la economía global, sino también la capacidad de la empresa para adaptarse y liderar en múltiples segmentos del mercado tecnológico. A medida que la demanda de tecnologías avanzadas sigue creciendo, Nvidia está bien posicionada para mantener su liderazgo y hoy cuenta con un reconocimiento mayor: Ser la empresa con mayor valor económico, según Wall Street.
Colaboración: Stefanía Olandini